martes, 20 de mayo de 2014

Malas prácticas desde Jazztel (parte II)

Desgraciadamente, no había terminado así la cosa. Al día siguiente, 15 de Mayo, marché a mi banco para solicitar que no devuelvan más recibos a Jazztel. Han revisado mi cuenta y… ¡sorpresa! No tenía ningún recibo devuelto. De nuevo, la sangre en mi interior volvía a burbujear por motivos caloríficos.

Llegué a casa y, en mi buzón, una carta de Jazztel en la que se explicaba la resolución del expediente abierto:
Bla, bla, bla… “Facturada penalización erróneamente”. Bla, bla, bla…

Me senté en el sofá, respiré profundamente y, de nuevo, telefoneé a Jazztel. En esta ocasión me atendió la amable “señora S” quien, tras explicarle que llamé ayer, que he ido al banco y que no tengo ningún recibo devuelto me solicita que espere para revisar la documentación. Tras una mínima espera, una nueva sorpresa: Debo 39,70 euros. ¿?¿?¿? Ya no lo podía creer. Esto era una majadería tras otra. Me explica que el recibo devuelto es a mi favor (-34,56 €) y que esa era la razón por la que no aparecía en mi cuenta. Mi pregunta era, entonces:

- “¿Si es un recibo a mi favor, no aparece en cuenta y nadie me avisa de que debo Abril… Cómo carajo me voy a enterar de que debo dinero?

Pregunto de dónde sale ahora esta cifra. Y, además ¿Por qué no me había avisado su compañero de esta cifra el día anterior? La razón de enterarme en este momento, obviamente, no tiene respuesta. Ella no sabe por qué su compañero no me había avisado. Y, por lo visto es la factura de Mayo; pero, llevo tal cacao en la cabeza que ni sé qué carajo significa esta cifra. De nuevo, he de realizar el pago para que, en el plazo de 24 horas, me den de alta el servicio. Así que, para recuperar el servicio, realizo este nuevo pago a través de la tarjeta, no sin antes preguntarle:

- ¿Y cómo sé yo que ahora lo que me dice usted es verdad? Porque su compañero me dijo exactamente lo mismo ayer. ¿Cómo quiere que le crea? Sinceramente, es que no puedo creerme ya nada de lo que me dicen.

Vuelvo a explicarle, a la “señora S” todo el proceso de mi operación con Jazztel. Le hago comprender que, hasta el día anterior, nadie me había explicado (ni siquiera tenía constancia), ni del dinero que tenía que pagar, ni por qué concepto. Y le reseño, entre signos de exclamación, la recepción en mi buzón, este mismo día, de la resolución del expediente. Apelo a su atención y a su inteligencia para que intente comprender por qué considero que esto es una tomadura de pelo, que esta situación no tiene ni pies ni cabeza, y que se ponga en mi lugar para percibir mi indignación. Ella me contesta que me entiende, pero que no puede hacer nada en cuanto al nuevo retraso de dar de alta al servicio. ¡Qué cabreo llevaba yo en ese momento!
Le pregunto, ya después de “solucionar” todo, si hay alguna manera de poner una reclamación a través de ella y que sus superiores se enteren de lo que la compañía Jazztel me ha hecho. No la hay. Para ello, hay que realizar un escrito y enviarlo…

- ¿De verdad usted cree que este escrito lo leerá quien tenga que leerlo? Creo que usted es inteligente y sabe de qué va a servir mandar ese escrito. Sólo servirá para que la persona que lo lea se parta de risa y lo utilice para limpiarse… Vamos, creo que usted ya sabe cómo funcionan las cosas. Así que no me pida que realice un escrito…

Le explico que me gustaría que a través de ella hubiese constancia del trato que recibe la clientela de Jazztel, no por parte de ella, sino de la compañía. Que explicase a sus jefes que, en el caso de que por culpa de su error (no del mío), hubiese una compensación por el tiempo sin servicio, la compensación económica no repararía el agravio realizado hacia mi persona. Que nunca he tenido ningún problema así con ninguna compañía en los 14 años que llevo utilizando celular y que me han hecho sentir mal, como si fuese yo quien no hubiera querido pagar, cuando desde la devolución del recibo (que no tenía que pagar), nadie me ha informado de las cantidades que tenía que abonar. Que por encima del dinero, estamos las personas y que así no se hacen las cosas…

Tras la conversación, lo único que me quedó claro es que, por fin, ya no tengo ninguna “deuda” pendiente con la compañía. Que la “señora S” entendía mi indignación y mis planteamientos. Que en unas 24 horas volvería a tener servicio. Y que no tengo permanencia, lo que me da total libertad para cambiarme de compañía.

Por lo visto, el Jueves 16 de Mayo a las 22:47 horas, recibí un mensaje de INFO MÓVIL: “ya puedes realizar llamadas con tu móvil JAZZTEL, tu SIM ha sido desbloqueada”. Sin embargo, a esas horas, ya estaba dormido y no accedí a mi servicio hasta la mañana del Viernes. 

Hoy (a fecha de ayer, día 19) escribo después de revisar mi zona personal como usuario de Jazztel. En ella, la última factura que aparece es aquella de -34,56 €. Aún no aparece ninguna factura con los importes que he pagado a través de tarjeta, así que he abonado unos conceptos de los que sólo tengo conocimiento vía telefónica y, obviamente, ninguna manera de poder contrastar la veracidad de la información (que no la pongo en duda), sobre esos datos.

Ya me he puesto en contacto con otra compañía para realizar la portabilidad de mi celular y esta tarde haré lo mismo con respecto la línea fija + ADSL. Seguidamente, en Valencia, me acercaré a alguna oficina/asociación del consumidor para, al menos, dejar constancia de todo este proceso y, si se considera oportuno, poner una denuncia por la mala praxis de esta compañía. Como consumidores, tenemos la obligación de defender nuestros derechos y, si dejamos que las compañías de telefonía (y, por extensión, muchas otras), sigan jugando con nosotros de esta manera, sin difundir lo que nos hacen, sin “denunciar” sus prácticas, seguiremos alimentando su poder y hegemonía. Alcemos la voz y no dejemos que nos sigan manejando a su antojo. Quienes consumimos tenemos el poder. Sólo tenemos que tomar conciencia de ello y trabajar en unión para recuperarlo. ¡Ya está bien de que nos tomen el pelo!

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