lunes, 3 de octubre de 2011

Locos al volante

No me gusta llevar el coche en los momentos que hay mayor afluencia de gente conduciendo por las carreteras. Por desgracia, a veces, a pesar de querer evitar esos momentos, las conjunciones astrales se las apañan para chingarte bien chingado y no tener más remedio que asir el volante con fuerza y salir a sufrir las imbecilidades de cierta gente a la que habría que encerrar directamente por ser altamente peligrosa.
 
Fue hace dos Domingos. Volvíamos de Villalengua y, debido a un pequeño percance (no es bueno para la salud bailar con efusividad a Johnny Cash si se está en estado de embriaguez), tuvimos que parar en el servicio de urgencias de Calatayud. Salimos de allá, dirección Zaragoza Conection, justito a la hora en que la gente está de regreso a sus ciudades de origen.  Era consciente de que me tocaría acumular tensión…

Hay mucha gente que está totalmente chiflada al volante. Sí, hay un montón de seres que son un auténtico peligro y, lo peor, es que serán conscientes. No respetan nada (ni señales, ni normas viales), ni a nadie (les importa un bledo que estés adelantando, si ellos también les apetece hacerlo, o adelantar invadiendo tu carril estando a la misma altura que tú). Sí, hay seres que dan miedo, porque se la suda lo que pueda pasar. Tan sólo quieren llegar a su casa lo antes posible (a lo mejor ganarán veinte minutos, no más) y, quizás, harán que tu no regreses jamás. Tensión, perplejidad, animadversión…  van sucediéndose por tu cuerpo, atónito e incapaz de comprender el porqué de la existencia de asesinos al volante.

Luego, cuando paras, reflexionas y crece una duda en tu mente. Habrá carreteras malas. Las habrá en mejor y en peor estado. Pero, ¡qué carajo! Si las personas respetasen las señalizaciones y a la gente, habría muchos menos accidentes. Y no sólo eso. Repasas todos los sucesos que han pasado en tu trayecto y piensas: ¿Cómo es posible que no haya más accidentes de los que hay? Porque ahí, durante un rato, se te quedan grabados esos malditos asesinos…

2 comentarios:

binguero dijo...

¿Pero qué te pasó exactamente? Espero que nada y que todo se quedase en un susto. La verdad es que te entiendo, es alucinante la insensatez de algunos al volante. Sin ir más lejos, la semana pasada íbamos paseando tranquilamente por la calle y cuando nos disponíamos a cruzar un paso de cebra vimos cómo se aproximaba un coche a gran velocidad, lejos de reducir su marcha aceleró saltándose sin ningún miramiento el paso e impidiéndonos cruzar la calzada. Yo suelo ser pasota, pero cuando voy con mi hijo no paso ni una, porque tiene sólo dos años y me parece peligrosísima la actitud de tarados como el aquí citado. Pues bien, al pasar a nuestro lado le hice un ademán de asombro, sin insultarle ni levantar la voz, simplemente levanté los brazos, como quien dice "Pero adónde vas...", y el tipo me regaló un maravilloso gesto que consistió en sacar la mano izquierda por la ventanilla y levantar sus dedos meñique e índice haciéndome los cuernos. Casi nada.

Yo pienso que la justicia debería ser más dura con estos individuos, y que a nadie debería temblarle el pulso a la hora de retirarles el carné de por vida y mandarlos una temporadita a la sombra. Para mí es como si un juez absolviese a un tipo que ha efectuado varios disparos sobre un grupo de gente porque no ha conseguido alcanzar a nadie; no juzgamos la puntería de esta persona sino sus intenciones, y las intenciones de este tipo de conductores están bastante claras. Yo fui prudente y lo vi venir, pero tal vez un niño corriendo detrás de un balón o un anciano con dificultades para moverse no tengan la misma suerte. Sólo espero que a ellos no les haga los cuernos. Cuídate y calma al volante. Besos.

closada dijo...

No pasó nada, quillín. Pero, joder, es una chingada tener que viajar en tensión por culpa de la insensatez de algunas personas al volante. De hecho, tuve que pegar un frenazo para evitar un serio accidente por culpa de un tarado y su pequeño camión. Y menos mal que no venía nadie detrás...

Na' tocará seguir lidiando en las carreteras. Besicos