martes, 3 de diciembre de 2013

Casa de la Estación – Sagunto (Daroca - Sagunto por la Vía Verde, Parte 3 de 3)


Casa de la Estación de Mora de Rubielos (Albentosa) - Sagunto

Amanecimos temprano, aunque no tanto como los dos días anteriores. Desayunamos copiosamente y, como era de esperar, se nos alargó en demasía la salida hacia Sagunto. Es lo que tiene estar a gusto conversando… Carlos nos preparó unos bocadillos y nos aseguró que, si le daba tiempo a dejar todo preparado, nos cogería de camino a Sagunto. Así que, nos despedimos de Chucky, Teo y Ginna y comenzamos a pedalear.


Imagen extraída de Vía Verde Ojos Negros

El recorrido comenzaba en un falso llano que discurre ascendente hasta la Estación de Barracas para, a continuación, tras el Llano de Barracas (una recta llanísima), alcanzar la cota máxima en el Puerto del Ragudo (25 kilómetros aproximadamente), en las cercanías de la Casilla del Militar. Es en este punto donde comienza un frenético y divertido descenso hasta un poquito más allá de la Estación de Jérica (unos 50 kilómetros). Pero antes de llegar allá, y después de dejar atrás la Estación abandonada de Bejís-Torás, nos encontramos con el Mirador del Ragudo, sitio donde aprovechamos para reponer energías mientras, conversamos con Carlos para saber dónde estaba (descendería por otro camino y ya nos cogería), y disfrutamos de las vistas que ofrece: las Sierras Calderona (al fondo) y la de Espadán (a la izquierda), el llano de Viver y, en pequeñito, la Iglesia y Castillo de Jérica.

Mirador del Ragudo

Será en la localidad de Jérica donde paramos a comprar un poco de pan y, ya de paso, unas ensaimadas rellenas de chocolate para el postre de la comida. Fue, al comenzar un pequeño ascenso donde Marti notó las primeras molestias en su rodilla que, poco a poco, se fueron acentuando más, hasta el punto de convertirse en un molestísimo dolor. De nuevo, y ya que dejábamos de descender para llanear durante unos kilómetros, llegaba la duda de plantearnos alargar un día más nuestra travesía.


A los 60 kilómetros, llegamos a Altura, sitio elegido para comer. Nos sentamos en la plaza y, al comenzar a desenvolver los bocadillos, apareció Carlos. ¡Por fin nos alcanzaba! Desde ese momento, se nos uniría, en un principio, hasta Sagunto. Dependería de nuestra velocidad, puesto que él tenía que coger el tren de las 18:00 horas. La verdad es que no íbamos nada mal de tiempo… Un ibuprofeno y un “vendaje” casero en la rodilla de Marti para sujetar los ligamentos, a base de cinta aislante verde, nos daban la esperanza de que apaciguase el dolor y llegásemos hasta nuestro destino final.


Afortunadamente, tocaba volver a descender y la rodilla de Marti no presentaba tanto problema. Sin embargo, nuestro ritmo no era lo suficientemente rápido para asegurar la llegada de Carlos a la estación de Sagunto a la hora esperada. Así que, poco antes de Alfara de la Baronia, decidió adelantarse y esperarnos allá con unas cervecitas en la terracita del bar.

Final de la Vía Verde en Torres Torres

Llegamos al final de la Vía Verde en la Estación de Torres-Torres (kilómetro 82 aproximadamente) y, a partir de acá, el trayecto se volvió complejo de seguir. A pesar de estar señalizado (no muy bien, por cierto), no sigue para nada la antigua vía del ferrocarril y comienza un sinfín de subidas y bajadas, circunvalaciones varias, e interminables rodeos, para ir sorteando la A-23. Un total de 18 kilómetros que se hacen infernales después de llevar todo el día encima de la bici y con ganas de llegar. Por esta razón, mucha gente recomienda realizar estos kilómetros por la N-234a.

Estación de Sagunto

Alcanzamos nuestra meta justo a las 18:00 horas, el momento exacto en que veíamos como arrancaba el tren en el que Carlos regresaba a su casa rural. Tristes por no haber podido saborear el deseado refrigerio con su compañía, miramos hacia el tren y alzamos nuestras manos en señal de despedida por si la casualidad hacía que estuviera mirando por la ventana.

Entramos en la estación y compramos nuestros billetes y el plus por subir las bicicletas sin desmontar. En el tren, sólo se pueden subir tres bicicletas, así que es recomendable hacer la compra con antelación para asegurarse de no tener que desmontarlas e introducirlas en sus respectivas bolsas de viaje.
Sólo quedaba buscar alojamiento, teniendo en cuenta que la rodilla de marta seguía dando mal. La diosa de la Fortuna se puso de nuestra parte. Un hombre que estaba en la terraza nos dio una tarjeta del lugar donde se había alojado: Hostal Carlos, a tan solo 50 metros de donde nos encontrábamos. Fuimos allá y terminamos de convencernos. Las bicis quedarían a resguardo en su garaje, con lo que ya no tendríamos que preocuparnos ni por dónde iban a dormir ellas. Había sido una suerte.

Como suerte fue el tiempo que nos hizo. Al día siguiente, a la playa con chapuzón incluido. Mas, esa ya es otra historia, de deleite, disfrute, risas, diversión y relajo total…


Perfil de la etapa

miércoles, 27 de noviembre de 2013

Santa Eulalia – Casa de la Estación de Mora de Rubielos (Daroca - Sagunto por la Vía Verde, Parte 2 de 3)


Santa Eulalia - Casa de la estación de Mora de Rubielos (Albentosa)

Amanecimos con las ruedas de nuevo desinfladas. Volvimos a revisar las cubiertas (aún quedaban pinchos) y cambiamos las cámaras. Era un pequeño percance que iba a retrasar nuestra hora de salida. La intención era salir pronto para poder detenernos en Teruel, hacernos ya con los billetes de tren de regreso y comprar más cámaras. Sólo nos quedaba una más sin estrenar y era un poco arriesgado en el caso de nuevos posibles pinchazos.

Dos kilómetros y medio hasta Santa Eulalia nos llevó a decidir no continuar recto hasta la estación de inicio de la Vía Verde (aproximadamente a otros dos kilómetros y medio), sino tomar la carretera Cella (TE-V-9029), hasta el punto en que queda a apenas un metro de la Vía Verde (unos 5 kilómetros desde Santa Eulalia). Allí, por fin, nos invadía la alegría de tomar la Vía Verde, aunque con la desgracia de tener, un día más, el viento en contra.

Estación de Cella

Nuestra primera parada para reponer un poquitico de fuerzas fue en la estación de Cella (15 km desde el inicio de nuestra etapa), sita a 3,5 kilómetros de la localidad. Unos minibocadillitos, barritas de cereales y fruta para tomar las energías suficientes para acercarnos hasta Teruel. Al llegar a la estación (32 km del punto de partida), desistimos de acercarnos a la ciudad. Los 6 kilómetros de ida y otros 6 de vuelta, más el tiempo comprando los billetes y las cámaras, nos llevaría cerca de dos horas, un tiempo que no nos podíamos permitir perder si queríamos avanzar lo suficiente para terminar la travesía en los tres días previstos.

Cercanías de Teruel

La parada para comer fue en Valdecebro, después de que fuese yo quien pinchara. Llevábamos ya 40 kilómetros, no había atisbo de ningún pueblo cercano y, además, ya no teníamos apenas agua. Este es uno de los puntos a tener en cuenta en esta etapa de la Vía Verde: la ausencia de fuentes en prácticamente todo su trayecto, ya que transcurre sin entrar en los pueblos. A esas horas y en un pueblo así de pequeño, no había nada abierto (ni el bar), ni sitio donde comprar pan. Así que nos tuvimos que apañar con bocadillitos ínfimos, bocabits que llevábamos encima y más barritas de cereales. Mal plan teníamos en ese momento. Eso sí, afortunadamente, un amable señor nos dejó un pozal con agua para poder reparar la cámara dañada, que era la única de recambio que nos quedaría hasta Sagunto.

Allí, decidimos buscar ya un sitio donde pernoctar. Sari hizo unas cuantas llamadas y, finalmente, tras hablar con Carlos, nos decidimos por la Casa de la Estación de Mora de Rubielos (lugar donde ya nos alojamos en Abril de este mismo año, cuando ascendimos Peñarroya), todavía a 40 kilómetros de donde estábamos y con un ascenso de 11 kilómetros todavía hasta la Estación del puerto de Escandón. La verdad es que no las teníamos todas con nosotros. Sin apenas haber comido, la hora que era y la amenaza de lluvia, eran condicionantes que no animaban mucho. Pero, teníamos tan cerca el poder llegar a Sagunto al día siguiente… Carlos, que estaba en Teruel en ese momento, se nos uniría en algún punto de la Vía Verde. De esta manera, nos acompañaría y nos abriría esa maravillosa casa de Turismo Rural donde todos y cada uno de los seres que allá habitan son encantadores.

Puerto Escandón

Continuamos el ascenso hasta Puerto Escandón sabiendo que, por fin, comenzaríamos a bajar y aceleraríamos la marcha. Aún nos quedaban 30 kilómetros, así que teníamos la esperanza de aligerar nuestro pedaleo para no llegar muy tarde a nuestro destino. Iniciamos el descenso y, en apenas media hora, ya habíamos recorrido los 10 kilómetros que nos separaban de nuestro punto de encuentro con Carlos: Habíamos quedado en la Fonda de la Estación de Puebla de Valverde. ¡Bien! La cosa prometía.

Desde ese momento, Carlos estableció el ritmo, lo que, sin duda, nos dio alas. En una hora y cinco minutos, recorrimos los 20 kilómetros restantes. Habíamos conseguido llegar antes de las 18:30 y apenas había llovido. Estábamos contentos, no sólo de haberlo conseguido, sino de poder alojarnos en tan extraordinario enclave. Enseguida, Chuky, Teo y Ginna (a la que no conocíamos), nos recibieron juguetones y Carlos nos ofreció unas deliciosas uvas que colgaban de la parra.

La Casa de la Estación

El deseado descanso, la duchita y a cenar. Doble ración de sopa de cocido y, de segundo, un plato que, sólo de pensarlo, ya entra solo: huevos trufados sobre una base de patata, morcilla y jamón. Seguidamente, y antes de ir a dormitar, la interesante conversación de la sobremesa que, como era de esperar, se alargó más de la cuenta. Ya, marchamos a las camitas, sabedores de que alojarnos allá había sido la mejor elección. La amabilidad de Carlos y Merche (que en esta ocasión no estaba), lo acogedor y lo familiar del lugar, la vitalidad de los perros (que no paran de juguetear), las deliciosas cenas, la tranquilidad del entorno... hacen de La Casa de la Estación un alojamiento difícil de olvidar.


Perfil de la etapa

martes, 26 de noviembre de 2013

Daroca – Santa Eulalia (Daroca - Sagunto por la Vía Verde, Parte 1 de 3)


Daroca – Santa Eulalia

Murallas de Daroca

Partíamos de Daroca, Marti, Sara y servidor, justo en la intersección entre la Avenida Madrid y la Calle Luchente, dirección Val de Sanmartín. Pasado el río Jiloca y a unos 725 metros de nuestro punto de partida, giramos hacia la izquierda para tomar el camino que se dirige a Los Anchos (en Google Maps –GM a partir de ahora- Calle Alta), y que nos llevará hacia Villanueva de Jiloca y (a través de GM Camino letra B), San Martín del Río. Desde este punto, tomando el camino que discurre prácticamente paralelo a la N-234, a unos 11 kilómetros de Daroca, nos introducíamos en Báguena, en cuyo casco urbano destaca la torre mudéjar adosada a la iglesia parroquial de La Asunción de Nuestra Señora.

Puente Romano (Calamocha)

Aproximadamente a los 28 km, habiendo dejado atrás Burbáguena y Luco de Jiloca, llegamos a las cercanías de Calamocha (no entramos a la localidad para no desviarnos del camino), en concreto al punto donde el río Jiloca es atravesado por el denominado Puente Romano. Un buen sitio para parar, tomar un pequeño refrigerio (unas barritas de cereales), y rellenar los botes con el agua de la fuente allá ubicada. Tan sólo estamos a cinco kilómetros de El Poyo del Cid, pueblo elegido para nuestro primer pequeño descanso. Un bonito y tranquilo lugar para un rico almuerzo bajo el calorcito del Sol.

 Almorzando en El Poyo del Cid

Tomando la Avenida del río y la calle el Poyo, seguimos nuestro itinerario hacia Monreal del Campo, punto mínimo al que llegar en caso de alargar nuestra aventura a los cuatro días, ubicado a 42 kilómetros de Daroca. De camino, atravesamos Fuentes Claras, Caminreal y Torrijo del Campo, donde destaca la iglesia parroquial de San Pedro (con su esbelta torre de estilo barroco, aunque con elementos de tradición mudéjar en su parte alta) y la curiosa ermita de Santa Bárbara, que ha quedado en medio de la Calle El Calvario como si de un pequeño islote se tratara.

Compramos el pan y, seguidamente debatimos qué hacer. Hubo cuórum: Seguiríamos hasta Villafranca del Campo, donde pararíamos a comer. Allá, paramos en la plaza sita junto a la Iglesia de San Juan Bautista, la cual se ofreció a enseñarnos una amable señora; pero, debido a que estábamos en plena elaboración y posterior degustación de nuestros bocadillos, no nos dio tiempo a adentrarnos en su interior. Habíamos recorrido ya cerca de 60 kilómetros y las fuerzas empezaban a flaquear. No obstante, si queríamos intentar realizar la travesía en tres días, teníamos que llegar hasta Santa Eulalia. Estábamos cerca de nuestro objetivo, así que, después de comer y de descansar un poco las piernas, llamamos al hostal Suvesa para saber si teníamos alguna habitación disponible. La respuesta fue afirmativa, así que volvimos a pedalear con la intención de terminar la etapa lo antes posible.


Tomamos la TE-V-9024 dirección Peracense y, en el cruce, la TE-V-9026 en dirección Alba y Santa Eulalia que, en su inicio, transita paralela a las vías del tren. Sólo eran unos quince kilómetros los que nos separaban del final de etapa. Estaba chupado. Mas, no contábamos con el intenso viento. Durante esos malditos quince kilómetros, el viento nos pegaba de frente en esas dos interminables rectas, divididas por la presencia de Alba a mitad de camino, que parecían no acabar nunca. El viento, añadido al cansancio y a esas eternas rectas, acabó por desquiciarnos un poquito. Ya sólo había ganas de llegar, de ducharse y descansar.


Al entrar al casco urbano de Santa Eulalia la alegría se notaba en nuestras caras. Sólo nos quedaba comprar (lo hicimos en el Co-aliment de la calle San Pascual) y acercarnos al Hostal, que, desgraciadamente, estaba todavía a dos kilómetros y medio de donde estábamos. Bueno, era un último empujón… Pero, no. Sara había pinchado y tuvimos que hacer este último tramo (prácticamente entero), empujando las bicis.

Ya en la habitación, sacamos los parches y arreglamos las cámaras. Pero, la mala suerte había caído de nuestro lado. Una infinidad de pinchos habían quedado atrapados en las cubiertas de las ruedas de su bicicleta y, una y otra vez, las cámaras volvían a pincharse. Pinzas en mano, revisamos una y otra vez las cubiertas. Pasaban las horas y siempre había más púas. Finalmente, ya a las diez de la noche, parecía que habíamos resuelto el problema y decidimos marchar a cenar. Era tarde, teníamos hambre y muchas ganas de caer rendidos en nuestras camas.


Perfil de la etapa

Daroca – Sagunto (Estación), por la Vía Verde


Nuestra idea inicial era la de realizar la Vía Verde que une Ojos Negros (Teruel) con Sagunto (Valencia), aquella que recorre el antiguo trazado del ferrocarril minero que unía ambas localidades y que es la más larga de las existentes en España. Por desgracia, en la actualidad, no se ha convertido el trazado, como vía verde, en su totalidad. Por un lado, está sin acondicionar todavía el tramo que une Ojos Negros con Santa Eulalia. Por otra parte, la construcción de la A-23, así como de diversas edificaciones y carreteras, principalmente en el tramo que discurre desde Torres Torres hasta Sagunto, ha alterado parte de su itinerario. Es, sin duda, este último tramo el que, a pesar de estar señalizado (aunque de manera deficiente), se hace más difícil de seguir y, además, resulta francamente pesado, puesto que se convierte en un sinfín de subidas y bajadas, y de vueltas y más vueltas…

Finalmente, después de barajar varias posibilidades, decidimos que nuestro punto de origen sería Daroca y nuestra meta la estación de Sagunto, un total de unos 255 kilómetros que íbamos a dividir en tres etapas. Saldríamos el 21 de Octubre, Lunes, con la intención de llegar a nuestro destino el Miércoles, 23 de Octubre. De esta manera, si hacía buen tiempo, nos podríamos acercar a la playa a tomar un bañito en el mar. ¡No estaban mal las expectativas!
Como no sabíamos muy bien si íbamos a cumplir el plan diseñado (posibles fallos técnicos en nuestros velocípedos, inclemencias meteorológicas, estado de nuestras fuerzas o algún otro imprevisto), decidimos partir sin saber muy bien dónde hospedarnos; si bien, sí que teníamos claras algunas posibles localidades donde poder pernoctar: Monreal del Campo, Santa Eulalia, Teruel, Sarrión, Barracas y Sagunto, estaban entre las seleccionadas a priori. Mas, sería sobre la marcha cuando, según el discurrir del camino, decidiríamos el lugar idóneo para pasar la noche.

Fue una experiencia realmente positiva y gratificante. Por esta razón, quería compartir acá la ruta que seguimos por si, en algún momento, alguien se anima a realizarla. Lo haré en tres entradas diferentes, cada una de ellas con su mapa, el perfil según los datos tomados por mi GPS, algunas fotos y el enlace para descargar el track correspondiente. De esta manera, les será más fácil planear esta salida, ya que podrán hacerse una mejor idea de cómo es el recorrido, tanto en sus desniveles como de su itinerario, evitando que se pierdan o, al menos, que den alguna vuelta innecesaria.




Perfil de la travesía

lunes, 25 de noviembre de 2013

Els Catarres - Vull estar amb tu


Hoy les dejo con un vídeo de Els catarres, "Vull estar amb tu", perteneciente a su segundo disco Postals.

Conocí a Els catarres gracias a Marti, ya con su primer disco. Fue a través de su canción "Jenifer", que ya casi la pasamos al escuchar el disco de las veces que, en su momento, la trillamos, que decidimos seguir la pista al grupo. Así que, obviamente, al enterarnos de que tocaban en el Cruïlla, fue uno de los grupos que "enronchamos" en nuestro organigrama de horarios para, seguidamente, acudir a nuestra cita con Tiken Jah Fakoly, Goran Bregovic, Los Mambo Jambo, Trombone Shorty y Tego Calderón. Atrás, había quedado la noche de Rufus Wainwright, Billy Bragg, Suede o Wycleff Jean. En fin, que, a pesar de acumular cansancio, íbamos a ir a primerita hora para poder presenciar su directo.

Desgraciadamente para ellos y para nosotros, abrían el Sábado, así que iniciaban a las 18:30 bajo un Sol de justicia. En el recinto destinado al festival, aún no había mucha gente. Sería la hora, el cansancio, el calor, la preservación de fuerzas. Un cúmulo de factores que conducen a que el grupo que inicia jornada festivalera tenga más dificultades para que la presencia de público sea masiva.

Habíamos llegado con tiempo de comprar boletos y acercarnos a la barra para acceder a un bendito refrigerio. Había que apaciguar la sed que nos invadía con semejante calorina y que mejor que poder hacerlo con calma. Justo en ese momento, salieron Els Catarres y nos acercamos hacia el escenario. Allá estábamos, dos mañicos como únicos espectadores cercanos al escenario, cuando sonaron los primeros acordes de la banda. Enseguida, se acercó más gente y, poco a poco, se fue generando un rico ambiente. Fue un concierto divertente que, como único inconveniente, fue un horario poco propicio para la jarana y el baile. Aunque, a pesar de eso, la pasamos realmente bien.

En fin, que si les gusta el temiqui, pueden descargarse los discos en la página de Els Catarres. Y si les mola el disco, posteriormente, háganse con el CD, puesto que la cuidada edición (con sus postales en el interior), bien merece un mini esfuerzo económico.

¡Joder, parece que les esté haciendo publicidad! Jajajaja.

jueves, 21 de noviembre de 2013

Anuncio de la Lotería de Navidad



No sé cómo empezar. Y es que el anuncio de la Lotería de Navidad de este año 2013 me ha impactado. Sí, me ha dejado perplejo y anonadado... Pero, para mal.

Hacía tiempo que no veía algo tan casposo, cutre, ñoño y sinsentido en la publicidad televisiva. Es de mal gusto y, sinceramente, cada vez que aparece en la pantalla dan ganas de cambiar de cadena para no volver a sufrir con semejante patraña.

Éste, dirigido por Pablo Berger (el mismito que el de la aplaudida Blancanieves), es realmente vomitivo. El inicio, con los planos fijos, las lucecillas titilando en la oscuridad y el niño corriendo hacia, ya a vista de pájaro, la Plaza de la localidad segoviana de Pedraza, famosa por sus conciertos de las Velas, parece que nos va a llevar a un anuncio bastante atractivo. Sin embargo, en seguida se tuerce. Por orden, van apareciendo cantantes (para alguno esto le viene grande), de esos venidos a menos o que ya viven de las rentas, interpretando una versión del temazo "Always On My Mind" de Elvis Presley. Y, no sé si es mi apreciación o no, los veo allí como entes, casi etéreos, como si estuviesen puestos allí posteriormente. ¡Qué sensación tan horrible!

¡Y los gestos! ¡Ay, los gestos! ¿Pero que les pasa? Dan ganas de entrar en el televisor y decirles que dejen de darle "sensibilidad" y "emotividad" a sus acciones. ¡Es penoso! Sobre todo, a Raphael que, mientras tararea "na na na na na na nanana...", mueve la mano en uno de esos momentos televisivos más repelentes que he visto ¡Dios, no puedo más! Con lo que ha sido y lo qué es... Y la pobre Montserrat Caballé, a quien aún se le notan ciertas secuelas del ictus que sufrió el año pasado, en medio de semejante percal. ¡Madreeee!

El anuncio, obviamente, se ha convertido en la mofa de todos los corrillos. ¡Y con razón! El señor Berger ha desaprovechado un marco urbano maravilloso, ha seleccionado (si es que ha sido él, que eso estaría por ver), a "representantes" de la música española más que cuestionables y se ha cargado un pedazo tema del gran Elvis ¡Ay, si levantara la cabeza! Y, para colmo, lo mejor del anuncio, que es Montserrat Caballé, aparece como un pasmarote, en medio de tanta mediocridad, con unos primeros planos de su cara elegidos muy desafortunadamente. Razón por la que, tristemente, se ha convertido en el objetivo de risas y comentarios punzantes en diferentes medios.

Simple y llanamente, lamentable.

miércoles, 20 de noviembre de 2013

Pilarín


Llevaba unos días que, en mi trayecto hacia la piscina municipal donde voy a chapotear, veía estos curiosos peluches. Hoy, por fin, he sacado el celular y no he podido resistirme a sacar una foto de Pilarín, el moñaco de la Virgen del Pilar. Según reza su publicidad, es más que un peluche para que "los más pequeños puedan sentir su protección durmiendo abrazados a ella", destacando así su virtud milagrera que la hace famosa en el Mundo Entero.

Pilarica's stuffed power from the outer space!

miércoles, 6 de noviembre de 2013

Airbag. Nuestro Invierno


Les dejo este vídeo del último disco, hasta la fecha, de Airbag: Manual de montaña rusa. Llevando su música hacia un terreno cada vez más powerpopero, pero sin olvidar esa esencia punckrockera que poseía en sus comienzos, han elaborado un disco de potentes joyitas pop que, sinceramente, me tiene enganchado. Letras simples que hablan del día a día: bares, relaciones sentimentales, playa, películas de serie B, ..., hacen que quiera montarme una y otra vez en su particular montaña rusa.

martes, 5 de noviembre de 2013

El tranvía: un retraso


Paseando por la mañanita de ayer, delante de mí, un hombre exponía airadamente que el tranvía de Zaragoza había supuesto un retraso. Comentada enojado que habíamos retrocedido 50 años y que ya sólo faltaba volver al trolebús. "No sé para que hacen lo del tranvía. Sí ya lo quitaron, por algo sería...Hemos retrocedido 50 años. Es una vergüenza..." Y así, que si patatín, que si patatán, fui alejándome.

Era extraño escuchar algo así, y más teniendo en cuenta que acababan de otorgar al Tranvía de Zaragoza el El Premio Obras Cemex con el que se pretende "fomentar la cultura de innovación continua en la construcción, reconociendo el talento de todos aquellos que hacen posible las mejores obras". Sin embargo, como es bien sabido, lo de los premios es discutible y no considero que pueda utilizarse como una contra argumentación a las palabras de ese señor.

.Mientras seguía caminando, no paraba de pensar en las palabras de esta persona y, ¡qué carajo!, me entraron ganas de haberle contestado. Este señor había pasado por alto que el verdadero retraso fue el de suprimir el tranvía. Fue en el periodo en que las ciudades vieron sometido su urbanismo al imperante dominio del automóvil. La época de las avenidas con dos-tres carriles, de la supresión de bulevares, de hacer que cualquier otro medio de transporte e, incluso, el peatón quedase relegado a un segundo plano. Fue el retraso de fomentar el uso del transporte individual, aislado y generador de humos, en detrimento de lo público y la no contaminación del aire.

Hoy, se podrá protestar contra ciertas cosas que ha traído consigo la implantación del tranvía: si se ha especulado con el suelo, cómo se han realizado las contratas públicas, el desembolso económico, el trazado,  la frecuencia que tiene, o las consecuencias que ha tenido sobre otros medios de transporte público y, sobre todo, para los trabajadores de éstas. Pero, protestar contra el tranvía como medio de transporte me parece una majadería absoluta. Con él, se fomenta el uso del transporte público y se suprimen carriles para los coches en favor de las bicicletas y del peatón. Y, de esta manera, se establece una mayor posibilidad de recuperar diferentes maneras de optar a la movilidad por la urbe. Acá se podrá argumentar si se podría hacer mejor o no, pero no es ese debate el que acá se expone.

Mal plan tenemos cuando los avances se perciben como retrasos. Mal plan...

lunes, 4 de noviembre de 2013

Fantástica viñeta


Hoy ha pasado por mi vista esta viñeta de Forges que recoge muy bien la frase de Ovidi Montllor: "Hay gente a quien no le gusta que se hable, se escriba o se piense en catalán. Es la misma gente a quien no le gusta que se hable,  se escriba o se piense".

Sin duda, es una magnífica manera de llamar a la reflexión a las personas que, inexplicablemente, protestan contra el uso del catalán, así como a aquellas que, obviamente, defienden su uso. Y es que, a aquellas personas que lo atacan, las coloca en su sitio: el de la intolerancia y el de la destrucción de la cultura y la libertad. Pero, por otro lado, recuerda que son éstas y sólo éstas, y no el resto de la ciudadanía, las que están en este posicionamiento.

Sin duda, faltan más artículos y viñetas de esta calidad en nuestros execrables medios de comunicación.

Gracias señor Borges

martes, 29 de octubre de 2013

Cita

"Y ahí están todos esos haciéndose fotografías unos a otros. Ése es su estilo. Ni siquiera miran el pino, sólo se preocupan de salir en una foto. ¿Crees que les importa hallarse en un lugar donde sucedió algo memorable más que para permanecer el tiempo suficiente de que les chasquee un obturador ante la cara?"

YUKIO MISHIMA, La corrupción de un ángel.

jueves, 11 de julio de 2013

Cumpliendo años, cumpliendo sueños...

Hace poquito fue mi cumpleaños. Han pasado apenas un par de semanas y, debido al intenso trajín que llevamos, parece que ha corrido ante mis ojos una eternidad.

Uno de mis sueños de toda la vida, desde que era peque (pero sobre todo de mi etapa de teenager), era el de montar en sidecar. Notar el ruido de su cercano motor, viajar a ras de suelo, sentirse allá sentado en la cabina... No sé exactamente qué era lo que esperaba y, sin embargo, me lo imaginaba como algo tan fantástico que, siempre que veía uno, me giraba para verlo pasar. Entonces, mi cabeza me llevaba a ese estado medio onírico en el que me veía dentro de él, viajando, alzando los brazos a modo de triunfo y, por qué no, escuchando a los Ramones. Soy consciente de que es un sueño muy tonto; mas, que se le va a hacer. Uno que no tiene muchas ambiciones en la suya vida... ¡Es lo que tiene ser así de freaky!


Una semana antes de mi cumpleaños subí a Daroca a pasar los últimos días de trabajo, de este curso lectivo, de Marta. Quién me iba a decir a mí lo que me esperaba... Confabulada con sus compis de curro, al rato de estar allá, me comunicó que me había preparado una sorpresa, puesto que se acercaba mi aniversario. Me vendaron los ojos y descendí intrigado las escaleras. Salimos a la calle y me introdujeron, a través de indicaciones, en un sitio donde me podía sentar.

¡Mi amor lo había hecho! Gracias a su regalo, había cumplido uno de mis sueños y, ¡por todas las marismas del mundo!, eso no se puede olvidar. Un regalo inimaginable para una sorpresa maravillosa.

Gracias, muchas gracias.


Hoy me compré un sidecar;
llevé a mi novia a pasear
Su melena rubia al sol,
escuchando el bello ruido que produce mi motor

Soy el mejor, soy el mejor

Me dio un beso y me puse a temblar,
ya no me fijaba en el sidecar
...

(extracto de letra de canción de Depressing Claim)

domingo, 16 de junio de 2013

Cita

" Dicen que la Inquisición fue abolida pero, ¿no subsiste acaso, escondida, en lo hondo de nuestras cabezas?"

GOYTISOLO, Juan. Carajicomedia.

martes, 14 de mayo de 2013

Hasta LAPOLLA...

Me había propuesto intentar no hablar otra vez del tema, a pesar de que aparece una y otra vez en casi todos los medios de comunicación, sean de ámbito estatal como autonómico. Es curioso que, en la prensa escrita y/o en “ensayos” aparecidos en Blogs, Facebook y otras redes sociales, siempre (y creo que no exagero al utilizar esta palabra), se sigue la misma dinámica: 1) aparición de la noticia o “ensayos”; 2) argumentaciones desde ambos posicionamientos; 3) algún que otro término despectivo y, finalmente, 4) el tan paupérrimo recurso del “y tú más”. La excepción, claramente, es este Blog que, como lo leen cuatro gatos, no tiene apenas comentarios y los que aparecen son de personas afines (léase Binguero con sus extensas y bien recibidas aportaciones, o Martuqui). Esto, sin duda, aunque si se diese el otro supuesto también lo haría, me ha animado a despacharme bien a gusto.

Hace unos días (09 de Mayo de 2013), se ratificó en Aragón una nueva Ley de Lenguas. Aprobada por los votos del PP y el PAR, echaba por tierra la que considero todavía insuficiente Ley anterior, puesto que apenas protegía las lenguas de habla minoritaria en la Comunidad; pero, al menos, reflejaba una realidad lingüística: en Aragón, se habla el castellano, el catalán y el aragonés. Pues bien, después de la fatídica fecha señalada anteriormente, ahora parece ser que se habla LAPAO, LAPAPYP y, maravillosamente propuesta por la chanza internauta, LAPOLLA.


Una vez más, el PP (esta vez junto con el PAR), utilizaba su mayoría absoluta para dar la espalda a la ciudadanía y sacarse de la manga una Ley hecha sólo por intereses políticos.

Hasta acá, mi indignación sólo quedaba dirigida en una dirección: la memez de la clase política que aún sigue diciendo que nos representa (si así lo hiciera se preocuparía por los intereses de la ciudadanía, a la que escucharía y consultaría, al menos, antes de crear leyes que no tienen ni pies ni cabeza); sin embargo, las redes sociales pronto provocaron que también se dirigiese hacia otro lado: la ignorancia y atrevimiento de esa horda independentista que no es capaz de diferenciar un porrón de un botijo. Bien, vamos por partes:

Antes de que la dichosa Ley se aprobara, surgieron voces por la Red en contra de su aprobación. Pronto, salió una campaña de recogida de firmas para que no siguiese adelante este proceso legislativo. Fue entonces cuando numerosos aragoneses (conozco a muchos que firmaron), como es obvio, secundaron la campaña al tiempo que animaban a la gente a que dejaran su signatura en la página correspondiente.

A los pocos minutos de que dichosa Ley se aprobara, las redes sociales fueron un hervidero de opiniones que se balanceaban entre la indignación y, sobre todo, la mofa. Las señorías del PP y el PAR habían creado una ley ridícula y, con ella, los nuevos nombres otorgados al aragonés y el catalán se habían convertido en el hazmerreír del personal. Chistes e imágenes más o menos divertidas, así como comentarios de irritación reflejaban el pensamiento de quienes estábamos en contra de esa ley estúpida. Pronto, Blogs, Twitter y muros de Facebook, eran salpicados por la perplejidad de quienes no podían concebir la destrucción de una realidad lingüística. Mas, entre toda este continuo discurrir de opiniones, enseguida comenzó a aparecer un posicionamiento que me dejaba que menos que ojiplático: el uso del nuevo mapa lingüístico (ese mismo que aparece por allá arriba) como posicionamiento, argumentación o, simplemente “prueba”, a favor de la independencia de Catalunya. Ya estamos, otra vez…

La rabia está en mí ¡Grrrrrr!

Siento decirles que, una vez más, se equivocan al dejarse llevar en extremo por su ideología secesionista. Y que quede claro que me dirijo a las personas independentistas, que no a Catalunya como territorio ni a la ciudadanía catalana (habite o no allá). Por varias razones, además. La primera de ellas, porque, dejándose llevar por su elevada autoestima y fanatismo patriótico, son incapaces de ver que la nueva Ley aprobada perjudica a su comunidad vecina y no a la suya. En Catalunya, sigue hablándose castellano, catalán y aranés. Allá, con esta nueva ley, no se ha tocado nada. Pero, en Aragón, ya no. Es en Aragón donde se ha destruido su cultura y su diversidad lingüística. Es en Aragón donde no se ha escuchado a su ciudadanía. Es en Aragón donde se acaba de imponer que lenguas hablan quienes allí habitan. Díganme, entonces, qué tiene que ver eso con Catalunya. Y, más aún, con la independencia. ¡Nada!

Se podrá argumentar que es por el menosprecio a la lengua catalana y, por lo tanto, a Catalunya. Pues bien, acá, en parte, podría dar la razón; pero, de nuevo, posicionémonos desde perspectivas menos unidireccionales y abramos un poquito la mente. ¡Que no todo es blanco o negro! La Lengua… ¡ay la Lengua! Como ya he señalado en alguna ocasión, parto desde la concepción de que las lenguas no son propiedad de nadie. En todo caso, serían propiedad de quienes las hablan. Me explico, aunque no sea de una manera muy técnica. Que el catalán naciese en el territorio que hoy se conoce como Catalunya y, luego, debido a la expansión de la Corona de Aragón, se extendiese a tierras limítrofes e, incluso, más allá de los mares, no quiere decir que el catalán sea de uso exclusivo, ni mucho menos, propiedad de Catalunya. Vamos, que yo tenga constancia, en las tierras aragonesas donde se habla catalán, no se paga un tributo, ni derechos de autor, ni nada parecido por su uso a la comunidad vecina. Las lenguas son patrimonio de la humanidad, son riqueza cultural y, por lo tanto, no tienen fronteras. Por esta razón, la ofensa hacia la lengua catalana iría, en todo caso, hacia los catalanoparlantes en general y, a aquellos que habitan en Aragón, en particular.

No obstante, si este argumento no logra convencer a nadie y seguimos defendiendo que es un ataque a Catalunya, es momento de hacer un poquito de crítica y autocrítica. Y es que, quienes abanderan con fanatismo la independencia son incapaces de concebir que poseen parte de la culpa de que haya aparecido esta nueva Ley.

¿Cómo? Este tipo está para encerrarlo. ¡Descerebrado! Ya sabíamos que es mongui perdido. Bueno, bueno, antes de acusar, miremos el mapa que aparece debajo:

En él, queda reflejado el término acuñado en el Siglo XIX de Països Catalanes, donde, entre otros territorios, aparece lo que interesadamente desde Catalunya se denomina La Franja. Son todos ellos territorios de habla catalana que, desde la aparición del retrógrado nacionalismo catalán, se usaron como arma política para conformar esa entelequia de Nación catalana basándose en la identidad lingüística. Es decir, tierras de Aragón que nunca, nunca, nunquita, han pertenecido a Catalunya (aunque se hable catalán), parece ser que, por ciertos iluminados, forman parte de esa gran Nación (una, grande y libre): Catalunya.

He añadido al cartel: blanco, para las fronteras tal y como están establecidas en la actualidad; degradado azul-negro, para las zonas de Valencia de clara predominancia del castellano; rojo, para el Valle de Arán, donde se habla el Aranés (y no se le quiere dar la independencia desde Catalunya).

Como podrán entender, es fácil comprender que esta delimitación de los territorios ofenda a una gran mayoría de aragoneses que ven cómo, no sólo se les roba la historia, los reyes (venga, no se repriman y mantengan enarbolados sus puños ensalzando la figura de Jaume I, ese mismo que firmaba como Jacme I, rey de Aragón, de Valencia y de Mallorca -que no de Catalunya-), o los bienes artísticos (esos mismo que fueron expoliados y no se han devuelto todavía a pesar de que los tribunales eclesiásticos y judiciales así lo dictaran), sino que, además, ahora se les quiere robar también los territorios. Y, particularmente, ofende a quienes, siendo catalanoparlantes y habitan en la llamada Franja, se sienten aragoneses (porque de Aragón son), y desde la ambición independentista, quieren imponerles la nacionalidad catalana.

Ante esto, la respuesta desde ciertos sectores políticos, así como desde alguna reaccionaria asociación aragonesa, es tan triste y ridícula, como obvia: en un afán (dicen ellos), de defender lo aragonés, aprueban y defienden una Ley irrisoria. Por un lado, el PP que, posicionado en ese esperpéntico nacionalismo español cercano al de una, grande y libre (vaya, como me suena a lo que he escrito anteriormente), se olvida de la diversidad lingüística, cultural, histórica y territorial de España, y continúa con su férrea tarea de imposición del castellano. Por otro, el PAR que, en un provinciano (en el peor sentido de la palabra) regionalismo, parece ser que se olvida de que defender el catalán, también es defender lo aragonés, puesto que forma parte de su historia y cultura. Así, eliminando la lengua catalana del mapa, desde estas dos posturas, se intenta hacer frente (de manera equivocada), al soberanismo y su Sacro-Imperio de Catalunya. Ese que tanto defienden los independentistas. Estos mismos que no se cuestionan lo que, una y otra vez, ametrallan interesadamente ciertas instituciones. Por esta razón, el no tener una conciencia crítica contra quienes gobiernan, así como con los medios de comunicación afines al poder y/o programas políticos (prácticamente todos), también es causa de que una Ley así sea propuesta y aprobada.

Es fácil caer en el pensamiento unidireccional y, más aún, cuando entra en juego ese doble rasero tan manido (en el que no me voy a extender, porque me llevaría una entrada entera), en las defensas de ciertas ideas. Por esta razón, he intentado, por un lado criticar a quienes han impuesto esta nueva Ley de lenguas en Aragón, porque considero que la imposición, venga de donde venga, es negativa; porque atentan contra la riqueza cultural y lingüística de citada Comunidad; encierran las lenguas y a sus hablantes dentro de determinadas fronteras, y se olvidan de las interrelaciones vividas por las Comunidades Autónomas de Aragón y Catalunya, durante los siglos en los que formaron parte de la Corona de Aragón. Por otro, reprender a quienes, desde posicionamientos independentistas, sólo ven ofensas y ataques hacia su “nación” o “país”, cuando realmente es la ciudadanía la que es reprimida y, particularmente, la de su Comunidad vecina; porque encierran las lenguas y a sus hablantes dentro de determinadas fronteras, y se olvidan de las interrelaciones vividas por las Comunidades Autónomas de Aragón y Catalunya, durante los siglos en los que formaron parte de la Corona de Aragón. ¡Vaya, otra coincidencia!

Todo ello, sin que me haya olvidado de que, cierto es, se haya producido un ataque a la lengua catalana. Pero, también, he procurado hacer comprender que las decisiones e intereses políticos son los que están provocando esta situación y que la pasividad, falta de crítica, el no cuestionamiento de la ciudadanía, de los pueblos, de la gente, es lo que retroalimenta estas decisiones y, por lo tanto, se convierte en parte y causa de estas decisiones. Harto me tiene ese doble rasero de quienes defienden determinados posicionamientos político-sociales, pero están en contra de esos mismos posicionamientos político-sociales cuando perjudican a sus intereses.

Pues eso, ¡Qué ya está bien! Ah, y…

Què es vagi a la merda la LAPAO!

Qué se vaiga a la mierda la LAPAPYP!

¡Qué no se vaya a la mierda la LAPOLLA! Que me hace gracia... jejejeje.

martes, 30 de abril de 2013

Ascensión a Peñarroya desde Alcalá de la Selva. Ruta circular


Después de una larga parada en el “senderismo para toda la Galaxia”, volvemos con una ascensión en la Sierra de Gúdar: la cumbre del Peñarroya.

Se trata de una ruta circular que parte desde Alcalá de la Selva, justito donde se sitúa la señal de la GR-8 dirección Valdelinares, muy cerquita de la entrada a Alcalá de la Selva viniendo desde Mora de Rubielos.


Comenzamos la caminata por una pista forestal que, al kilómetro aproximadamente, se convierte en senda. Un poco antes de que ésta retome la pista por donde discurrirá la GR-8, debemos desviarnos por la senda que se bifurca hacia nuestra izquierda.


 Esta parte no está señalizada, razón por la que, en la foto que precede estas líneas, aparece una mochila en el cruce y unas pisadas dibujadas señalando el camino a seguir.

Pronto, comenzamos a andar entre muros de piedra hasta que nos adentramos en los primeros bosques, momento en que la senda se estrecha y empezamos a tomar altitud. Después de estar un rato caminando, casi, casi, en línea recta, llegamos a un tramo en que tenemos que zigzaguear y que es difícil de seguir. Por eso está bien tomar como referencia dos cosas: la primera, las señales pintadas en algunas rocas (en la imagen, dentro del círculo rojo, una señal existente y resaltada con la computadora, nos ofrece un ejemplo de éstas); la segunda, una valla que, a partir de cierto momento, siempre será visible (a mayor o menor distancia), a nuestra izquierda.


Pasado este trecho y una especie de pequeño claro en el bosque, llanearemos un rato hasta llegar a la Masía de la Solana.


Dejaremos ésta a nuestra derecha, para no confundirnos y no tomar la pista forestal que nos haría descender hacia la GR-8, cogiendo un sendero que nos llevará a la pista que nos inicia en la parte final de nuestra “aventura”.


Dejaremos esta pista cuando divisemos el cortafuegos, ya en el último tramo del ascenso. Subiremos por éste hasta cruzar la pista (que no tomaremos), e iniciar los últimos metros hasta la cumbre del Peñarroya.


Un poquito de llegar al vértice geodésico, sito sobre un pedestal de piedras, podemos apreciar el monumento a los guardas forestales.



Desde éste, iremos al mirador, que nos ofrece una magnífica panorámica de la zona.


Al ladito de éste, apreciamos unas escaleras que nos indican el camino a seguir para descender. De nuevo, en este tramo, hay que prestar mucha atención, pues serán los hitos o mojones los que nos indicarán por donde descender la montaña. Realmente, éste es un atajo que nos conduce, por una fuerte pendiente, campo a través, en lugar de bajar  hacia Alcalá de la Selva por la pista. De hecho, se podría coger ésta justo en el punto en que nos habíamos cruzado con ella al subir. No obstante, descender por la pista, alargaría la excursión unos cuantos kilómetros y, ¡qué carajo!, es más bonito caminar por la sendita.


Desde que iniciamos el descenso por esta empinada pendiente, cruzaremos una primera pista, una segunda y, finalmente, llegaremos a aquella por la que transita la GR-8. Tenemos dos opciones: la primera, continuar dirección hacia Alcalá de la Selva; la segunda, desviarse unos 500 metros, por una pista sin apenas desnivel, hasta el área recreativa de la Chaparrilla para tomar un refrigerio y, en caso de necesidad, poder rellenar las cantimploras. Ésta fue nuestra opción, puesto que nos encontrábamos cerca de las 3 de la tarde y el hambre golpeaba nuestros estómagos con contundencia.


Una vez que hemos tomado ese deseado tentempié, tenemos que retroceder hasta el cartelito que nos anunciaba las direcciones a seguir.


Desde este punto, sólo nos queda seguir la GR-8, con las vistas de Virgen de la Vega a nuestra izquierda, hasta el punto donde habíamos iniciado la etapa.