miércoles, 14 de diciembre de 2016

El estado de las cosas



Hacía mucho tiempo que no escribía una nueva entrada en ésta, mi querida bitácora. Sin embargo, el otro día, mientras buscaba entre los LPs que ponerme en casa para realizar las tareas del hogar, tomé entre mis manos el que posiblemente fue el segundo vinilo que compré en la mía vida: Kortatu, El Estado de las cosas. Una tontería de reflexión vino a mi cabeza y pensé, entonces, que sería bueno aparecer de nuevo...

Sería (si no me fallan mis cálculos), cuando estudiaba 7º de EGB, el momento en que adquirí este disco. Por aquella época, ya se intuía por donde iban a discurrir mis ideales y, he de reconocer, que poco han cambiado desde entonces. Más bien nada. Eso sí, las lecturas, la adquisición de información, la observación y el transcurrir del día a día, creo que han agrandado mi bagaje cultural y, de tener un pensamiento más panfletario (poco más se me podía pedir con mis 12-13 añitos), considero que ahora poseo un discurso un poquitico más elaborado.

Quien me conoce, sabe que mi manera de expresarme suele ser bestiota, sin medias tintas, como si todo fuese blanco o negro. Sin embargo, realmente, me gusta moverme entre los grises. Y acá viene lo extraño porque, a pesar de que no cambio mi discurso dependiendo de con quien haya conversado, hay un cúmulo de adjetivos totalmente contrapuestos con los que he sido etiquetado a lo largo de estos años. De esta manera, soy: Aragonesista, españolista, valencianista (más bien expresado como "abducido por los valencianos"), comunista, fascista, chavista, radical, rojo, feminista, no-feminista... 

Creo que no abrazar el relativismo cultural sea una de las razones. Quizás sea  porque no me gusta apoyar posicionamientos que devienen de ideas contrarias a mi pensamiento. O quizás porque, como buen mañico, soy cabezota. No lo sé, pero así está el estado de las cosas...

domingo, 19 de junio de 2016

El 20J Accem en Valencia también celebra el Día Internacional del Refugiado


Accem en Valencia celebra el próximo lunes 20 de junio en el Barrio de Patraix el Día Mundial del Refugiado.
Échenle un vistazo a Cartel con las actividades de mañana y tarde:

10h a 14h: Jornada de puertas abiertas para conocer el centro y el trabajo que realizamos en la Calle Mossen Fenollar, 9.

A partir de las 18:00 actividades en la Plaza de Patraix- Batucada, Capoeira y juegos populares del mundo para los más peques. Ven a conocer a las 4 ONGs que trabajan con personas refugiadas en Valencia.

Habrá dos exposiciones fotográficas para vistar en Accem y en la Asociación de Vecinos de Patraix sobre personas refugiadas.

¡¡¡No te lo pierdas!!!!

domingo, 15 de mayo de 2016

Las Señoritas Estrechas - El verano ha terminado

A mí, la primera vez que los vi (fue en un Sorrofest), ya me hizo intuir que Las Señoritas Estrechas sería uno de esos grupos al que habría que serguir la pista de cerca. Así que, posteriormente, tenía claro que, en mi casa, camino al trabajo o incluso nadando en la piscina, su maqueta, Conozca a las señoritas Estrechas, haría mover mi cuerpecito rumbero al ritmo de sus canciones. Mas, después de un concierto en el Four Seasons de Castellón (fuimos de propio a verlos junto con los Fast Food), cayó en mis manos un disco que, a pesar de ser un acercamiento más a los sonidos ramoneros, se me antojaba fresco y divertido al mismo tiempo. En seguida me enganchó y, que sonase en mi vinilero o mis auriculares diariamente, me iba haciendo cada vez más adicto a unas Señoritas Estrechas que sólo piensan en divertirse.

Sí, claro que no aportarán nada nuevo, claro que no; pero, hoy su disco sigue pareciéndome un puñado de pildoritas fantásticas que me alegran, que me divierten y que me hacen vibrar. Por eso, que menos que compartir acá, en la mía bitácora, una de esas canciones que me hacen disfrutar.


¡Y es que, encima, los tipos son más majos que pa qué!

domingo, 13 de marzo de 2016

Tóxico, La Colmena y Cráneo de Azúcar


Hoy he terminado de leer la trilogía de Charles Burns compuesta por Tóxico, La Colmena y Cráneo de Azúcar. Fue Marta quien me regaló el último volumen de citada publicación, hecho éste que me "obligó" a hacerme con los dos anteriores. Los tenía guardados en la recámara, esperando el día en el que adentrarme en su lectura y disfrutar de nuevo de los mundos creados por este autor. La idea era leerme un tomo al día; sin embargo, me ha enganchado de tal manera que ha caído un tomo tras otro en apenas unas horas.

Burns nos presenta, de nuevo, una historia que se mueve entre la realidad y lo onírico, para mostrarnos la atormentada mente de su protagonista. Miedo, huida, dolor, negación, se entremezclan en ese mundo de sueños protagonizado por "Nit Nit" (en un claro homenaje a las aventuras de "Tin Tin") y ese mundo real en que vivía y vive Doug. Es la incapacidad para afrontar un suceso de su vida lo que hará que el protagonista nos conduzca a esos mundos putrefactos y oscuros habitados por seres extraños y situaciones enigmáticas. Y para ello, el autor utiliza un estudiado engranaje de interacción espacio-temporal, donde pasado, presente, sueño y realidad se entremezclan para conformar un bucle en el que Doug va a quedar atrapado hasta el final.

Una obra fascinante que, sin lugar a dudas, merece la pena disfrutar.