"La auténtica y verdadera profesión moderna es ser FAMOSO, es el destino final de todo, es el objetivo...es el motivo de ser modelo, Fotografo, diseñador... ilustrador... la gente quiere ser FAMOSA".
Así comienza el capítulo 19 de Viviendo del cuento, de Juanjo Sáez. Quizás no esté de acuerdo en todo lo que va exponiendo; pero, considero ciertamente graciosas (y acertadas), muchas de las ideas que va desarrollando a lo largo de este libro-cómic.
Al leer esta parte (bueno, y unas cuántas más), me ha venido a la cabeza una idea que, en alguna ocasión, me viene a la mente: los "artistas" que realizan lo que yo denomino "obras para ganar concursos". Éstas son como obras en serie, mil y una veces repetidas (en diferentes épocas y por diferentes hacedores), pero que, de manera asombrosa, son premiadas por su ¿originalidad? Obviamente, no critico a quien las realiza (cada quien que haga lo que considere apropiado), mas creo que es un claro ejemplo de la frase con la que he iniciado la entrada.
Asimismo, mi pensamiento se ha ido a algunas de esas ocasiones en las que he opinado sobre ciertas cuestiones y la respuesta de las personas aludidas ha sobrepasado los límites de la educación y/o la simple cortesía: insultos, amenazas (hasta llegar al punto de darme miedo abrir el correo electrónico), alguna que otra falacia, son ejemplos de horribles descalificaciones sufridas. Al menos, me queda el consuelo de que, por ello, no me han sacado arrastras de ninguna sala...
Realmente, no entiendo el arte conceptual.
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