miércoles, 18 de abril de 2012

Pyongyang

Comencé a leerme, en los raticos libres, Pyongyang, un cómic de Guy Delisle que había adquirido ya hace un tiempecito.

Lo terminé de leer justo el mismo día que realizaban, en Corea del Norte, el fallido lanzamiento del satélite meteorológico 'Kwamyongsong-3', coincidiendo con toda la presión de la comunidad internacional, las incesantes sospechas de reactivación del programa nuclear, la revisión de acuerdos de ayuda humanitaria, las amenazas… Es relevante, al menos, que un país que recibe tantísima ayuda humanitaria para soliviantar la hambruna que padece parte de su población (en el año 2008, en un estudio conjunto del Programa Mundial de Alimentos y la FAO se estimó que un 40 % de la población norcoreana -unos 8,7 millones de personas- necesitaría ayuda alimentaria desde ese año en adelante), esté gastándose millonadas en mandar satélites al espacio o en armamento militar. Recordemos que el pasado 29 de febrero, el Gobierno de Kim Jong-Un anunció que suspendía temporalmente sus pruebas nucleares a cambio de 240.000 toneladas de comida para aliviar la hambruna del país.
 
Quizás, y aunque de manera sesgada y muy personal, el cómic de Delisle me había hecho comprender un poquitísimo cómo puede sentirse alguien extranjero en el definido como país más hermético del mundo o, incluso, cómo puede seguir perpetuándose el Juche (filosofía nacional de vida), o la aclamada y deificada sucesión Kim Il Sung – Kim Jong-Il  - Kim Jong-Un. La rutina, la opresión y unas actividades cotidianas que se antojan de lo más extraño, son descritas con cierto triste sentido del humor por el artista. Ajenos a lo que sucede en el exterior, la educación de sus habitantes está totalmente soslayada, dirigida a la perpetuación y el ensalzamiento del régimen.

No olvidemos que artículos como plantas, animales, drogas, explosivos, armas, cualquier tipo de pornografía, publicidad, radios, receptores de posicionamiento global (GPS) y teléfonos móviles no están permitidos en tanto a su entrada por extranjeros. Aunque sí que se permiten cámaras de fotos (pero no fotografiar ciertas cosas), cámaras de vídeo, computadoras portátiles (que no incluyan dispositivos de comunicación por radio o inalámbricos), computadoras de mano (PDA) y reproductores de discos compactos o de formato MP3.

Un cómic de lectura recomendadísima, claro que sí.

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