domingo, 26 de abril de 2009

XII Media maratón de Zaragoza. Y llegó el gran día


Cuco y yo antes de la carrera.

Hoy tocaba madrugar; pero, los preparativos de la media maratón se habían iniciado ayer con una cena a base de espaguetis realmente deliciosos. La hora del despertador había sido preparada a conciencia. Me levantaba a las 7.00 a.m., tomaba mi desayuno (zumo de naranja, dos tostadas, un plátano y un té con leche), y esperaba a que Cuco viniese a recogerme. Llegó puntual, a las 8.30, tal y como habíamos acordado. Pusimos el dorsal en la parte posterior de la camiseta y decidimos salir hacia el Paseo Independencia, lugar donde se encontraba la salida y la meta... ¡Ah! No podíamos salir sin hacernos la foto de rigor ¡carajo!

Calentamos un poquito y, como no, a mí me entraron ganas de mear cuando quedaban ya apenas unos minutos. Eran las 9.26 cuando descendía rápidamente las escaleras del VIPS para poder aliviar esa necesidad de última hora. Corrimos velozmente para ubicarnos en la salida. Estábamos al final del todo. Creo que tan sólo unas veinte personas quedaban por detrás de nuestra ubicación. Por fin, a las 9.30 aproximadamente, comenzaba la carrera.

Cogí mi ritmo, ese con el que suelo ir a correr. Bueno, quizás, por temor, inicié más lento. Era mi primera media maratón y, obviamente, al ser novato no podía saber cómo carajo respondería mi cuerpo durante esos 21 km y pico que todavía tenía por delante. Cuco, al poco rato, también cogió su ritmo, así que comencé a observar como, poco a poco, se iba alejando... Quedaba solo, con mi carrera, sabedor de que nada más que mis piernas y mi cabeza serían las que me harían llegar a la meta.

Así, con ese ritmo que me había impuesto, fui dejando los kilómetros atrás. Chipitín a chipitín, pero de manera constante. A los laterales, la gente animaba, daba aliento, aplaudían y, realmente, eso da un poquito de alas.

Ya había pasado una hora y me aproximaba a terminar mi primera vuelta. Mi primer reto lo había conseguido: ¡no me habían doblado los súper humphreys de la maratón! Miré el reloj al pisar meta por primera vez: 1h 3 min aproximadamente. Pensé que no iba mal, que mi cuerpo aún podía seguir corriendo y, de repente, vi a "mis chicos/as de El Dado": Sheila, Nuria, Adrián y su madre, pegaditos a la valla...

- "¡Venga Christian! ¡Venga!"

Sheila y Nuria extendieron sus manos, así que sonreí, extendí mi brazo y choqué sus palmas con alegría.

- "¡Quillas, esto lo acabo!" Grité dándome ánimos.

Algo se metió en mi cuerpo. Tomé aire nuevo. Dos pequeñas alitas salieron en los talones de mis deportivas y mi ritmo se aceleró un poco. Acababa de comenzar mi segunda vuelta (aún me quedaban 10 km por delante), y con ella el suceso de ser yo el que adelantaba a la gente. Había dosificado bien mis fuerzas y pensar eso, sin duda, aún me daba más fuerzas. Corría y pensaba que podía lograrlo, que no terminaría antes de tiempo parado en mitad del asfalto.

Recordé, cuando vi que me acercaba al kilómetro 15 que ése es el psicológico. Así que, al pisar por la alfombra que frente a él te cronometraba, me animé mucho a mí mismo. "Sólo quedan poco más de 5 kilómetros. Ya lo tienes. Media hora más como mucho..." eran pensamientos que me daban aliento. Además, seguía adelantando a gente y, eso, sin lugar a dudas, aún te da más alas.

Al ver el kilómetro 19, corría ya como un autómata. Casi, casi, me dejaba llevar. La meta la intuía tan cerca y, al mismo tiempo, tan lejos... Pero, llegar a la Plaza del Pilar volvió a "engrandecerme" y tomé la calle Alfonso sabedor de que iba a conseguir llegar al final de mi primera media maratón. Entré en la Plaza España y una sonrisa afloró en mi rostro. Cerré el puño en señal de victoria. Crucé al meta a las 2h 1 min 10 seg. Había sido el ganador absoluto de esta media maratón. En ese momento era como si nadie hubiera llegado antes que yo. Era el vencedor sin lugar a dudas, porque era muy consciente de que, desde el principio, yo había salido a hacer mi propia carrera.

Seguidamente, marché a trabajar. Menos mal que con la bici no notaba nada en los músculos, que si no, no llego. Ahora, mientras escribo, me duelen las piernas como nunca en mi vida, jajajaja. Pero, me da igual. Soy feliz por haber terminado. Soy feliz porque hacerla en este tiempo siendo la primera vez que corro algo así, para mí es una enorme satisfacción. Hoy, mañana, pasado... me tocará "andar como Chencho" (que decía mi madre), y, sin embargo, acá estoy, escribiendo con una alegría inmensa.

Gracias

Iniciamos el recorrido 1771 personas. Háganse una idea de los tiempos:

1 ELICKY MASE KENIA 01:04:57

1224 JOSÉ-OSCAR "Cuco" 01:51:36

1462 CHRISTIAN (servidor) 02:01:10

1607 IBAN 02:23:07 (este quillo llegó el último). ¡Enhorabuena, Iban! ¡Eres un crack!

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