Ayer salí del recinto y me sentía tan vulnerable...
Ayer me apetecía llamarte, pero lo tenía "prohibido".
Ayer, a pesar de la lucha, te alejabas un poco más.
Hoy, más sereno, volvía yo a acercarte.
Hoy, más reflexivo, volvía a luchar por un futuro presente.
Pero, por desgracia, estas espinas clavadas hacen heridas quizás incurables.
Intentamos que cicatricen un poquito con unas cervezas esta noche? Es un apaño bastante burdo pero bueno... a las 21:00 horas, en la Albada...
ResponderEliminarEs cierto, algunas heridas no cicatrizan jamás, dejan de sangrar, nos olvidamos de ellas pero cuando menos te lo esperas, zas, vuelven las muy jodidas.
ResponderEliminarAprender a vivir con ellas, no queda otra.
Salu2 Córneos y esta noche me bebo una copa de vino por tus penas compañero.
Carmeneta, esta nuit marcho a la Pulquería; pero, si puedo, paso a las 9 por l'Albada a echar un saludete. Y, si no, después. Cervecicas, caer, caerán... jejeje
ResponderEliminarjavier, el quillo córneo, la chingada es que yo me acostumbro enseguida a vivir con ellas, con lo cual no me preocupan en absoluto. Pero, en este caso no es lo que quiero, porque mantengo una lucha para no acostumbrarme. Así que, o se es fuerte y risueño como yo, o estás chingao. Jajajaja.
Ah, pero bébete ese vino, que yo también lo haré. Hoy La Pulquería y la posterior juerga. ¡Oe, oe, oe!
¡¡¡Y bailaremos con los mueeeeertos hasta ver el soool naseeeeer!!!!!
ResponderEliminar