lunes, 25 de marzo de 2013

Con la compra hemos topado



Hacía ya mucho tiempo que no actualizaba la mía bitácora. Varias son las razones que han ido retrasando mi regreso por la Red; pero, bueno, ya estamos de nuevo por acá e intentaremos volver con cierta asiduidad. Mas no voy a hablar de ello ahora, sino de una publicidad que nos dejó atónitos mientras caminábamos por la urbe zaragozana.

Paseando por las calles, al otro lado de un escaparate, observamos un montón de cartelitos que rezaban lo mismito que se puede ver en la fotografía: "Engánchate con nosotros: Yo consumo productos españoles". Paramos ante el escaparate y, perplejo, saqué esta instantánea con mi celular: Una bolsa en la que se puede ver a un toro expulsando a un dragón oriental.

Bien, en mi opinión, estamos ante una campaña que bien podría tacharse de xenófoba. Y, como tal posee algún que otro tópico. El primero, la identificación de España con el toro. Es impresionante que se siga utilizando este reclamo, como si todas las personas fueran amantes de las corridas de toros o, vaya usted a saber, como si hubiese toros sueltos por las calles de todas las urbes y pueblos del país. Quizás, lo que quieran comunicarnos es aquel dicho de "cornudo y apaleao". Yo, sinceramente, no logro entenderlo. El segundo, el dragón chino, en alusión a toda la comunidad china que vive en España o, quizás, en todo el orbe terráqueo.  Y recalco que se trata de la población china, puesto que, en su página Web, es el centro de toda su ira. De esta manera, el eslogan muestra como la población española expulsa enojada a la comunidad china que intenta vender acá sus productos: sea por importación, sea porque poseen comercios en España.

Bien. Creo que sería más aconsejable, en caso de querer hacer una campaña que fomente el consumo de productos españoles, centrarse en promocionar la compra de artículos de calidad y de fabricación más sostenible, en lugar de promover un ataque al comercio chino. Es decir, centrarse en la duración de los materiales empleados; en la menor contaminación que conlleva la fabricación de productos en España (o incluso Europa), ya que no se gasta tanto combustible en el transporte y, además, se deben cumplir las normativas europeas de emisión de gases; en el cumplimiento de unas jornadas laborales y salarios dignos (aunque, eso, desgraciadamente, en este país empieza a ser bastante discutible), etcétera. Y, por otro, en el apoyo al pequeño comercio en lugar de las grandes multinacionales, puesto que, obviamente, la balanza no está equilibrada. Considero que utilizar una campaña tan agresiva, que refuerza su ira hacia una población, es realmente lamentable y, como he señalado, de alto contenido xenófobo.

Sería curioso conocer cual sería la reacción de estas personas (o incluso del resto de población española), si mañana, en los telediarios, apareciese la noticia de que, en el resto de países, se hubiese iniciado una campaña que rezase: "Plántate. Yo no consumo productos españoles". Como suele ser costumbre, volveríamos a encontrarnos con esa doble vara de medir...